jueves, 26 de abril de 2012

Tema 5



COMENTARIO CRÍTICO Y OPINIÓN DE LOS MATERIALES TRABAJADOS EN EL TEMA 5.

Los materiales tratados en el tema 5, nos explican en qué consiste la autorregulación y el aprendizaje cooperativo.
Actualmente, pasamos más tiempo estudiando solos que en compañía, la mayoría de los niños no tienen ninguna motivación interna por estudiar; “estudia” o van al colegio porque le obligan sus padres. Todo esto, nos lleva a plantearnos el estudio y desarrollo de la autorregulación. En este comentario crítico y opinión me centraré en el ámbito escolar.
La autorregulación se define como “el conjunto de mecanismos aprendidos durante toda la vida que permite dirigir de forma constante y continuada la conducta propia; para llegar a autorregular nuestro comportamiento, tenemos que saber autobservarnos, autoevaluarnos y autorreforzarnos. Pero, ¿dónde aprendemos a autorregular nuestra conducta?, o ¿es una habilidad con la cual nacemos?
            Según lo leído en estos materiales, aprendemos a autorregularnos, lo que me lleva a la siguiente cuestión, ¿nos enseñan a autorregularnos?, ¿dónde?
            En el colegio, instituto o universidad, si un alumno observa a su profesor que se autobserva en sus tareas, es decir, que hace una reflexión de la actividad que llevó a cabo el día anterior, corrige errores, potencia fortalezas,… el alumno es más propenso a reflexionar sobre lo que hace, sobre lo que falla en su conducta, a preguntarse si su comportamiento es el adecuado,… aspecto que podríamos compararlo con la Teoría del aprendizaje Social de Bandura.
            Pero, ¿realmente los profesores llevan a cabo esta etapa de la autorregulación? En mi opinión, pocos han sido los profesores que he tenido a lo largo de mi vida académica los que me han enseñado a reflexionar sobre lo que hago en la escuela/instituto/universidad. La tarea había que hacerla para llegar a la solución correcta, nos corrigen las actividades, y pocos son los que hacen una retroalimentación con sus alumnos para que estos puedan mejorarla.
            La segunda etapa de la autorregulación, es la autoevaluación, que hace referencia al juicio sobre la propia conducta; esta está muy relacionada con el autocontrol; es decir, predecir las consecuencias de una acción, chequeo de los resultados (¿lo hice?), monitoreo de la marcha de la propia actividad (¿cómo lo estoy haciendo?) y la comprobación con la realidad (¿tiene sentido?). Aquí, la intervención del profesor es muy enriquecedora. Quizás, mi experiencia me dice que uno de los departamentos que más nos ayudan a autoevaluarnos es el de matemáticas a la hora de resolver problemas, ecuaciones, algoritmos,… ya que tenemos que seguir unos pasos (algunos profesores lo exigen y en selectividad también) para tener completamente bien los ejercicios. En estas tareas, tenemos que reflexionar si tiene sentido el resultado, comprobar que lo hemos hecho bien, si nos falta algún paso,…
            Además, para evaluarnos hacemos comparaciones de nuestra conducta con otra anterior o nos comparamos con nuestros compañeros; en mi opinión, la primera autoevaluación es mejor, ya que el compararnos con nuestros compañeros, puede provocar en algunas personas motivación por superar a ese compañero; mientras que en otros, puede causar resignación y pensamientos negativos del tipo “jamás seré capaz de hacer esto porque mi compañero es mejor”.
Por último, con el autorrefuerzo ya tenemos las tres etapas que componen la autorregulación. En esta etapa el papel del profesor es el de vigilar cuando el niño se tiene que aplicar el reforzamiento, ¿pero la recompensa de los niños son proporcionales a la conducta que han realizado? En mi opinión, la mayoría de los alumnos se aplican un refuerzo si es que se le puede llamar así, demasiado duradero en proporción a lo que hacen; los niños hacen las cosas obligados, no por motivación. Un ejemplo de este aspecto puede ser el siguiente: los alumnos estudian el día antes del examen y como recompensa, no estudian más hasta el siguiente examen ya que “han estudiado toda la tarde”.
            Para que este modelo sea eficaz, se tienen que seguir todos los pasos. Si enseñamos a los más pequeños desde los inicios a seguirlos, la conducta del niño puede ser muy eficaz, es él el que se autorregula, observando su conducta, autoevaluándose y autorreforzándose, no tendrá ningún inconveniente a la hora de modificar y/o adaptar su conducta, pues si algo no está bien, sabe que lo tiene que hacer de otro modo. Sin embargo, creo que nadie nos enseña a seguir estos pasos y ante algo que no está bien, algunas personas modificamos nuestra conducta, mientras que otros se frustran y se niegan a corregirla.
            Todo esto, está muy relacionado con el aprendizaje cooperativo (trabajo conjunto hacia un fin). El material expone diversas técnicas, como son: rompecabezas, equipo asistido de individualización y cooperación guiada, dirigidas a la E.S.O y Bachillerato.
            El trabajo en equipo también puede ser eficaz en primaria, aunque sea más complicado. Si el profesor va enseñando estas técnicas desde pequeño, estos pueden ir observando y autoevaluando su propia tarea, ya que posteriormente las expondrá o explicarán en el grupo y en la clase y poco a poco se van instaurando la rutina de comprobar que están haciendo, como lo están haciendo y si lo están haciendo bien. Por lo que se puede relacionar el trabajo cooperativo con el aprendizaje de la autorregulación. Pero, ¿se aplica el aprendizaje cooperativo en el sistema educativo? Actualmente, algunos profesores sí llevan a cabo algunas de estas técnicas; pero la mayoría de los docentes, creen que con mandar un trabajo grupal ya están poniendo en práctica este tipo de aprendizaje, concepción errónea por parte de ellos. Si está comprobado que es más eficaz, ¿por qué no se aplica?
            Quizás porque ello conlleva trabajo extra por parte del profesor, buena preparación, creatividad, ralentiza la evolución del temario, y la creencia de que si agrupamos a los niños en grupo, el fruto es la conversación y el murmullo.
            En conclusión, aunque existan múltiples investigaciones que afirman que el aprendizaje cooperativo y la autorregulación promuevan un aprendizaje eficaz y autónomo del alumno, en la mayoría de los centros educativos  es impracticable y se llevan a cabo las clases tradicionales, donde el profesor tiene un papel activo en la enseñanza  y el alumno es el mero receptor de la información. Con el aprendizaje de la autorregulación, el profesor va abandonando cada vez más este rol activo y va pasando el protagonismo al alumno.




Realizado por: Ana Isabel Gómez Martín                        
Publicado: 26-04-12

sábado, 4 de febrero de 2012




Bienvenidos a mi blog creado para la asignatura 

"Motivación y Aprendizaje en el Ámbito Escolar"

  de la licenciatura de psicología.